Es importante tener en cuenta que, en la mayoría de ocasiones, en los textos encontramos una mezcla de varios tipos de actos de habla. Para ilustrarlo mejor, observa el siguiente texto y presta mucha atención a las convenciones que identifican cada tipo de acto de habla.
Asertivos Directivos Compromisorios
Expresivos Indirectos
La semana más extraña de mi vida
Casi no me repongo de los insólitos resultados del plebiscito: ¿cómo es posible que haya ganado el No? Me lamentaba mientras oía las noticias: ¿dónde está Steve Harvey para anunciar al ganador, al menos? ¿Cómo es posible que hayan anulado el voto a 170.000 personas, porque lo marcaron mal? ¿Era la fuerza electoral de Pacho Santos?
Se trataba de elegir entre dos casillas: Sí o No. Ni siquiera había casilla de Tal Vez: ¿es viable este país? ¿Esa es la paz de Santos?
Me dolía el resultado porque imaginaba que renegociar los acuerdos era casi imposible. Para iniciar, tendrían que recomponer el equipo negociador con algunos líderes del No: Popeye o Pastrana; José Obdulio o Marbelle. Acto seguido, sentarse de nuevo con las FARC, que es una tortura, y rogar para que Marta Lucía Ramírez no tenga lugar en la mesa, si la idea es cerrar la renegociación en esta década. Lamentaba la candidez de quienes imaginaban que renegociar lo acordado era cosa de un par de horas:
— Señor Santrich: ustedes deben pagar cárcel…
— Hecho: es que el doctor De la Calle nunca nos lo propuso, pero aceptamos gustosos…
— Y no pueden participar en política…
— Mejor: teníamos angustia de entrar al Congreso, nos han dicho que es muy inseguro…
Apoyaré el proceso de Santos porque, junto con el mundial de fútsal de Bucaramanga, era el mejor legado de su gobierno. Y temí que, después del resultado plebiscitario, se sumiera en la depresión, porque Juan Manuel es muy delicado. Uribe, en cambio, es una persona con más arrestos. Para empezar, el de su hermano. Y el de su tía Dolly. Y los de sus subalternos. Y, en esa medida, ya descubrirá qué hacer con su inesperado triunfo: por lo pronto, propuso amnistía y alivios jurídicos para suplir la impunidad que denunciaba del acuerdo; más adelante exigirá concentrar a los guerrilleros en una finca extensa en lugar de confinarlos en una zona rural: ¿esa es la paz de Uribe?
Tomado de: Samper, D. (2016). La semana más extraña de mi vida. Revista Semana. Recuperado de https://www.semana.com/opinion/articulo/daniel-samper-ospina-plebiscito-por-la-paz-en-colombia/498222.
Es importante tener en cuenta que, en la mayoría de ocasiones, en los textos encontramos una mezcla de varios tipos de actos de habla. Para ilustrarlo mejor, observa el siguiente texto y presta mucha atención a las convenciones que identifican cada tipo de acto de habla.
Asertivos Directivos Compromisorios
Expresivos Indirectos
La semana más extraña de mi vida
Casi no me repongo de los insólitos resultados del plebiscito: ¿cómo es posible que haya ganado el No? Me lamentaba mientras oía las noticias: ¿dónde está Steve Harvey para anunciar al ganador, al menos? ¿Cómo es posible que hayan anulado el voto a 170.000 personas, porque lo marcaron mal? ¿Era la fuerza electoral de Pacho Santos?
Se trataba de elegir entre dos casillas: Sí o No. Ni siquiera había casilla de Tal Vez: ¿es viable este país? ¿Esa es la paz de Santos?
Me dolía el resultado porque imaginaba que renegociar los acuerdos era casi imposible. Para iniciar, tendrían que recomponer el equipo negociador con algunos líderes del No: Popeye o Pastrana; José Obdulio o Marbelle. Acto seguido, sentarse de nuevo con las FARC, que es una tortura, y rogar para que Marta Lucía Ramírez no tenga lugar en la mesa, si la idea es cerrar la renegociación en esta década. Lamentaba la candidez de quienes imaginaban que renegociar lo acordado era cosa de un par de horas:
— Señor Santrich: ustedes deben pagar cárcel…
— Hecho: es que el doctor De la Calle nunca nos lo propuso, pero aceptamos gustosos…
— Y no pueden participar en política…
— Mejor: teníamos angustia de entrar al Congreso, nos han dicho que es muy inseguro…
Apoyaré el proceso de Santos porque, junto con el mundial de fútsal de Bucaramanga, era el mejor legado de su gobierno. Y temí que, después del resultado plebiscitario, se sumiera en la depresión, porque Juan Manuel es muy delicado. Uribe, en cambio, es una persona con más arrestos. Para empezar, el de su hermano. Y el de su tía Dolly. Y los de sus subalternos. Y, en esa medida, ya descubrirá qué hacer con su inesperado triunfo: por lo pronto, propuso amnistía y alivios jurídicos para suplir la impunidad que denunciaba del acuerdo; más adelante exigirá concentrar a los guerrilleros en una finca extensa en lugar de confinarlos en una zona rural: ¿esa es la paz de Uribe?
Tomado de: Samper, D. (2016). La semana más extraña de mi vida. Revista Semana. Recuperado de https://www.semana.com/opinion/articulo/daniel-samper-ospina-plebiscito-por-la-paz-en-colombia/498222.
Lenguaje
Es importante tener en cuenta que, en la mayoría de ocasiones, en los textos encontramos una mezcla de varios tipos de actos de habla. Para ilustrarlo mejor, observa el siguiente texto y presta mucha atención a las convenciones que identifican cada tipo de acto de habla.
Asertivos Directivos Compromisorios
Expresivos Indirectos
La semana más extraña de mi vida
Casi no me repongo de los insólitos resultados del plebiscito: ¿cómo es posible que haya ganado el No? Me lamentaba mientras oía las noticias: ¿dónde está Steve Harvey para anunciar al ganador, al menos? ¿Cómo es posible que hayan anulado el voto a 170.000 personas, porque lo marcaron mal? ¿Era la fuerza electoral de Pacho Santos?
Se trataba de elegir entre dos casillas: Sí o No. Ni siquiera había casilla de Tal Vez: ¿es viable este país? ¿Esa es la paz de Santos?
Me dolía el resultado porque imaginaba que renegociar los acuerdos era casi imposible. Para iniciar, tendrían que recomponer el equipo negociador con algunos líderes del No: Popeye o Pastrana; José Obdulio o Marbelle. Acto seguido, sentarse de nuevo con las FARC, que es una tortura, y rogar para que Marta Lucía Ramírez no tenga lugar en la mesa, si la idea es cerrar la renegociación en esta década. Lamentaba la candidez de quienes imaginaban que renegociar lo acordado era cosa de un par de horas:
— Señor Santrich: ustedes deben pagar cárcel…
— Hecho: es que el doctor De la Calle nunca nos lo propuso, pero aceptamos gustosos…
— Y no pueden participar en política…
— Mejor: teníamos angustia de entrar al Congreso, nos han dicho que es muy inseguro…
Apoyaré el proceso de Santos porque, junto con el mundial de fútsal de Bucaramanga, era el mejor legado de su gobierno. Y temí que, después del resultado plebiscitario, se sumiera en la depresión, porque Juan Manuel es muy delicado. Uribe, en cambio, es una persona con más arrestos. Para empezar, el de su hermano. Y el de su tía Dolly. Y los de sus subalternos. Y, en esa medida, ya descubrirá qué hacer con su inesperado triunfo: por lo pronto, propuso amnistía y alivios jurídicos para suplir la impunidad que denunciaba del acuerdo; más adelante exigirá concentrar a los guerrilleros en una finca extensa en lugar de confinarlos en una zona rural: ¿esa es la paz de Uribe?
Tomado de: Samper, D. (2016). La semana más extraña de mi vida. Revista Semana. Recuperado de https://www.semana.com/opinion/articulo/daniel-samper-ospina-plebiscito-por-la-paz-en-colombia/498222.