Mundo subdesarrollado
Los países subdesarrollados tienen una baja renta por habitante, que normalmente no alcanza los 2.000 dólares anuales; un desarrollo industrial escaso o incipiente, pero que, con frecuencia, depende de la inversión exterior y está basado en la mano de obra barata y en el alto consumo energético; recursos naturales destinados fundamentalmente a la exportación; una fuerte dependencia del exterior en tecnología, comercio y créditos; un reducido nivel de vida, con servicios de baja calidad e inaccesibles a una gran parte de la población; deficientes infraestructuras; un elevado índice de analfabetismo; un crecimiento demográfico muy elevado; y un bajo nivel de consumo. Además, la inestabilidad política, la corrupción y la desigualdad social son corrientes en estos Estados.
En los países más pobres, las situaciones de pobreza extrema son numerosas: millones de personas pasan hambre y carecen de los servicios sanitarios, educativos, etc., más básicos. Iberoamérica es un claro ejemplo de la desigual distribución de la riqueza. Existe una minoría con grandes recursos económicos que controla los negocios, posee las mejores tierras y suele ocupar los puestos dirigentes del país, o, al menos, influir decisivamente en las medidas políticas que se adoptan.
Pellini, C. (20 de noviembre de 2014). Países desarrollados y subdesarrollados: Causas del subdesarrollo. Obtenido de http://historiaybiografias.com/paises/
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