El movimiento obrero colombiano tuvo sus orígenes a principios del siglo XIX, influenciado por las revoluciones de Rusia, México y la Revolución Industrial, en las cuales el pueblo se enfrentó a sus gobiernos para lograr la protección de sus derechos laborales. En el caso colombiano, su principal representante fue Raúl Eduardo Mahecha, quien organizó a más de 18.000 trabajadores en el país que lograron llamar la atención del gobierno con relación a los derechos que ellos tenían como, por ejemplo: las mejoras laborales, las condiciones de salud y el pago oportuno de sus salarios. La primera organización sindical de la que se tiene conocimiento en el país es la de los artesanos en Bogotá, ya que eran la parte industrial más desarrollada de la época. Posteriormente, diferentes sectores del país como el manufacturero y el portuario, entre otros, crearon sus sindicatos para luchar por la defensa de los derechos de los obreros.