“La palabra virtual proviene del latín virtus, que significa fuerza, energía, impulso inicial. Las palabras vis, fuerza, y vir, varón, también están relacionadas. Así, la virtus no es una ilusión ni una fantasía, ni siquiera una simple eventualidad, relegada a los limbos de lo posible. Más bien, es real y activa. Fundamentalmente, la virtus actúa. Es a la vez la causa inicial en virtud de la cual el efecto existe y, por ello mismo, aquello por lo cual la causa sigue estando presente virtualmente en el efecto. Lo virtual, pues, no es ni irreal ni potencial: lo virtual está en el orden de lo real”. (Gámez Alatorre, 2000).
Independiente de la denominación, lo claro es que se trata de una metodología educativa que hace uso de diferentes tecnologías para facilitar procesos de aprendizaje. (Roldán, 2011).
Lo anterior se complementa leyendo la reseña que elabora (Trillo, 2006) sobre el libro de García Aretio, Ruiz Corbella y Domínguez Figaredo, “De la educación a distancia a la educación virtual”, que aporta una visión clarificadora de lo que es la educación a distancia desarrollada en el contexto de Internet.